PETER HUCHEL

Berlin, 1903-Alemania Occidental, 1980

A LOS SORDOS OÍDOS DE LAS GENERACIONES

Era un país con cien fuentes.
Llevad agua para dos semanas.
El camino está vacío, el árbol quemado.
La desolación absorbe el aliento.
La voz se convierte en arena
y se arremolina alta y sostiene el cielo
con una columna que se desmorona.

Después de mucha distancia otro río muerto.
Los días vagan por el junco
y arrancan lana de los cirios negros.
Y una piel de verdín tapona
el agujero del agua,
como podrida moneda de cobre allá en el cieno.

Piensa en la lámpara
de la tienda bordada en oro del joven Africanus:
no permitió que su aceite siguiera ardiendo,
pues el fuego arreciaba lo suficiente
para alumbrar las diecisiete noches.
*
Polibio cuenta acerca de las lágrimas
que Escipión ocultó en el humo de la ciudad.
Después cortó el arado
por entre ceniza, hueso y escoria.
Y quien lo escribió, pasó el lamento
a los sordos oídos de las generaciones.

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