IVAN TZANEV


Ostritsa, Bulgaria, 1941



UN ÁRBOL EN LA CIMA

No olvidar jamás: existe
un árbol, árbol en la cima,
un árbol lejos,
donde sea, sin nombre árbol,
el amigo de toda noche venidera.
Un árbol.
Me recordará
cómo los ojos desvelados entre las hierbas locas yerran
y en el pozo de la noche
brotan las voces de los grillos.
Un árbol.
Quiero que me quiera,
que nunca me olvide, nunca.
Sin nombre árbol, yo le nombro
Silencio, Estoicismo.
Un árbol.¡Tan esbelta, tan atenta
materia de mi reflexión!
En la colina, con las nubes uno,
a la escucha de las turbias leyendas
que el viento le susurra.

Traducción: Zhivka Baltadzhieva, 2012

EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS

En medio de la ciudad, en la plazoleta frente a la mezquita,
levantó sus picos un instante insultante,
destripó la eternidad, desarraigó de sus entrañas
las tribunas de piedra y los peldaños de un estadio romano
(¿o de un anfiteatro?). De la sorpresa nos quedamos boquiabiertos,
nos turbó el recuerdo de la sangre de gladiadores
derramada aquí, sobre estas mismas piedras, hace centurias.
Y nos quedamos contemplando toda la tarde, muy pensativos.
Pero qué aprisa nuestra curiosidad se sació
y se apoderó de nosotros la costumbre, vuelve a ser arena la plazoleta
de la chillona existencia provinciana
que nunca logran trastornar los espectros de la historia.
Así pasa la gloria, diría con ironía
aquella diosa disfrazada, la arqueóloga rubia.
Estallan en color rosa las dulces fuentes de algodón de azúcar,
la muchedumbre zumba alegremente, retumban tarabillas
con infantil irreverencia hacia los antiguos.
Parece que solamente lo de hoy es eterno (¿Es culpa del vivo
que respirar le embriaga?)
A lo largo de las ruinas augustas del estadio
una procesión de cochecitos de bebés reitera su marcha,
el día tiene ojos azules, y cuántos gorjeantes soldaditos
vinieron, quizás vieron, y, con toda probabilidad, vencieron.

Traducción: Zhivka Baltadzhieva, 2012

AGUA PRIMAVERAL


Flor de cerezos el AGUA trae.
... fue NUBE un día, fue NIEVE
y HIELO muerto, hasta ayer,
de orilla a orilla colmando
lo inmenso.
Pero no recuerda la NEVADA,
por completo el HIELO ha olvidado.
Hoy sólo sabe
que es joven,
el más joven agua
que haya habido.

/a español Zhivka Baltadzhieva, 2012
Poemas de Iván Tzanev
traducidos por la poeta Zhivka Baltadzhieva


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