WILLIAM HEINESEN

Thorshavn-Dinamarca, 1900-1990


FUGA

«¡Sí!» te contestaré con alegría
desde los intemporales campos celestes por donde camino:
«Estoy en tu corazón,
y ¡qué feliz soy!

Soy la sal en tu sangre,
el vetusto sabor al mar del que viniste.

Soy la marea eterna
de noche y día en tus ojos
que la luz creó
y que volvió a crear la luz
y le dio contenido.

Soy el caracol de tu oído,
el yunque y el martillo
que martillean delicadamente la materia prima sonora del mundo
proporcionándole sentido.

Soy la brisa
que recorre las coronas de tus pulmones,
el oxígeno y el dióxido de carbono
que se intercambian eternamente
con el verdor hogareño de la tierra.

Soy la humedad en tu boca,
las papilas gustativas de tu lengua,
el ácido clorhídrico en el matraz de tu estómago,
la fuerza en tus entrañas
que sacan la esencia del núcleo de la tierra
y alimentan las miríadas de células vitales de
tu cuerpo.

Soy el profundo misterio de la concepción
en tu interior
en cuyas tinieblas la luna
se enciende y se apaga invisible.

Soy el joven fruto solitario
del vetusto árbol del mundo de tu matriz
y soy el manantial de la leche
en tus pechos.

Soy el calcio en tus huesos,
la flexibilidad en tus tendones y miembros,
lo coriáceo de tu pelo y de tus uñas.
Y soy el encendido aroma
que emanan los poros de tu piel.

Soy la vehemencia
en los torrentes de tus arterias
y la mansedumbre
en el delta azul de tus venas.
Soy la incandescente energía
en las ramificaciones relampagueantes de tus nervios
sí, soy la carga eléctrica de la vida
en tu alma.

Soy los temerarios dientes en tu sonrisa
cuando estás contenta.
Soy la dulzura secreta de la ternura en tu tristeza.
Soy el remolino de fuego en tu angustia,
y el fuego de mi enfurecido amor
hará de tu dolor cenizas!»

Hymne og harmsang, 1961

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