AUGUSTO SACOTO ARIAS

Azogues-Ecuador, 1907-1979

LECTURA PARA LAS VIDRIERAS URBANAS

Con el alba de nuestros ojos,
desde los arrabales cosidos al paisaje con un cordel de lágrimas,
venimos
en brigadas
para nutrir de oxigeno al pulmón de la urbe.

Allá
quedaron nuestras madres:
esquemas de la angustia en las rayas de tiza de sus canas.
Y junto a los jardines de la escuela,
mirando cómo envasan su tinta los geranios,
nuestros hermanos pequeñitos.

Los voceadores ciegos
llevan en sus carpetas la claridad del mundo.

En esta alba
que trajo su perfume de un insomnio de frutas,
alcemos con el alma
una palabra inmensa hecha de aristas.
que un 1º de Mayo hizo arder como tea la rosa de los vientos,
que es carmin em los lábios de nuestras novias pálidas,
que es nuestro pan, nuestra agua y nuestra lámpara:
ίRevolución!

Un día
no seremos
ni este silencio en marcha ni este pulso aún dócil,
sino una campanada de veinte años
y una bandera roja.
Nuestra nueva canción
ha de desentronar sus párpados de pólvora.
Se ha de crispar el aire.
ίQue lo sepan desde hoy las vidrieras urbanas!


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