STEPHEN PHILLIPS

Somertown (Oxford) Inglaterra, 1864-1915

A MILTON CIEGO

El que súbito dijo : « La luz sea » —
te dio la obscuridad premeditada,
para que nunca tus agudos ojos
distrajera el brillar de cielo y campo,
visión que de lo cierto nos desvía.
Te dio la noche original. Su lienzo
terrible y amplio y blanco y libre, donde
de cada pensamiento, fulgurante
surgió, cantó la llama de una estrella.
¡ Oh ciego que una propia luz tuviste
la virginal Tiniebla fué tu esposa
cuando el bello espectáculo florido
que te impedía ver, cuando el reciente
mundo se retiraron por entero.
Ardió entonces la gloria primitiva
para tus ojos, el fecundo espacio,
y el oloroso Edén en su prístino
vapor, que se elevara de la acuosa
llanura que fué el mundo, y la abrasada
tierra, y Cristo, viniendo entre las nubes.
Ó, más bien, por insólita licencia
del poder sumo, con vendados ojos
por el real de Dios resplandeciente
te llevaron los ángeles que rondan
en la noche, ó vigilan hasta el alba,
ó eternamente el aire pacifican,
de la mano cogido. A la presencia
te admitieron, y oiste la profunda
razón, el gran designio que á la tierra
conduce de dolor á bienandanza


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