RICARDO FERNÁNDEZ MONTALVA


Chile, 1866-1899

¡VEN! ¡ES DE FUEGO EL AIRE!


¡Ven! ¡Es de fuego el aire ! La paloma
se agita insomne en el revuelto nido,
y en los rayos de luz flotan miradas
y besos y suspiros.
Quiero contigo hablar de las auroras,
de los astros que giran encendidos
por la llama de amor, y de lo que hablan
las aves en sus trinos.
La garza blanca surca la laguna:
es amante sonámbula. El dormido
balance de las ondas azuladas
adora con delirio.
Los árboles se inclinan voluptuosos
de la brisa a los besos fugitivos...
¡Oh, ven! ¡Llegó la hora de las citas,
de los amores íntimos!

LA ESTATUA

Era la estatua aquella
entre todas las otras, la más bella;
que el aplaudido y soñador artista,
esculpiendo sus formas virginales,
tuvo, como modelo, ante su vista,
el ideal de sus sueños orientales.

El mármol de Carrara
que, en esa estatua, el escultor usara,
tenía la blancura cristalina
de la cutis, tan suave y reluciente,
tras de la cual al punto se adivina
la sangre joven, bulliciosa, ardiente.

La alegre primavera
derrocha sus bellezas por doquiera
la majestuosa estatua resplandece;
besada por el sol y por el viento,
y,sobre el rico pedestal,parece
como animada por vital aliento.

Al verla se diría
que brota de sus ojos poesía;
que de su labio, de caricias lleno,
se escapan tiernas frases amorosas
y que su blanco, su turgente seno,
se estremece con ansias voluptuosas!

El escultor se queda
absorto ante ese màrmol, que remeda
la hermosa realidad de sus anhelos,
y lleno de emoción se maravilla,
y, como frente a un Angel de los cielos,
delante de la estatua se arrodilla!

Y la visiòn aumenta
y cada vez más bella se presenta
hasta que el escultor, en su embeleso,
entre sus brazos estrecharla ansía,
y al darle, loco de pasión, un beso,
la encuentra inmóvil, silenciosa, fría!

Yo soy el escultor, tú la escultura;
sensible te creí y eres de roca...
!No conozcas jamás la desventura
de aquel que busca amor, y, en su locura,
el marmol de una estatua solo toca!

http://antologiaabsoluta.blogspot.com/2013/01/ricardo-fernandez-montalva-la-estatua.html

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