Arequipa-Perú, 1897-Buenos Aires-Argentina, 1967
EL MISTI
Soberbio, lleno de altivez, ufano
de su bella postura y gallardía,
cuando amanece, el Misti con humano
sentimiento bendice el nuevo día
Los gallos le saludan desde el llano
con una orquestación de algarabía,
que él contesta, arrogante, con un vano
gesto de nieve de su testa fría
Al ocultarse el Sol en el poniente,
parece un inca de nevada frente
coronada de innúmeras centellas
Y resurge del fondo de la noche,
cuando comienza el sideral derroche,
como una copa derramando estrellas
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