Santarcangelo di Romagna, Italia, 1920 - 2012
LA MARIPOSA
Contento, lo que se dice contento,
he estado muchas veces en la vida
pero más que ninguna cuando
me liberaron en Alemania
que me quedé mirando una mariposa
sin ganas de comérmela.
LA MUERTE
Yo si pienso en la muerte
me muero de miedo
porque al morir se dejan demasiadas cosas
que después ya no vuelves a ver nunca más:
los amigos, los parientes, los árboles
del paseo que tienen ese olor
y toda la gente que has visto
aunque sea una sola vez.
Yo quisiera morirme en el invierno
mientras llueve
en uno de esos días que se hace de noche pronto
y por la calle los zapatos se te llenan de barro
y la gente se encierra en los cafés
alrededor de la estufa.
LOS MOLINOS ABANDONADOS
Tengo que entrar un día
hasta el fondo de la cueva en la montaña
donde mana el agua que va al Marecchia
y mirarme en ella.
Tengo que ir a husmear
en los molinos abandonados
donde los carboneros con las manos negras
partían el pan caliente
y se lo comían con queso.
Allí estarán las ruedas quietas
y en las paredes las alcayatas blancas de harina,
pero el aire que mueven las mariposas
tendrá el olor del pan
y de la vida que no muere nunca.
Tonino Guerra (Poesía completa)
Universidad Popular S.S. de los Reyes, 2001
Traducción: Juan Vicente Piqueras
CANTO TRIGÉSIMOSEGUNDO
Hará unos veinte días puse una rosa en un vaso
encima de la mesita que hay junto a la ventana.
Cuando me di cuenta de que todas las hojas
se habían marchitado y estaban a punto de caer
me senté frente al vaso
a ver morir la rosa.
Estuve un día y una noche esperando.
El primer pétalo cayó a las nueve de la mañana
y lo hizo en mis manos.
Nunca he estado junto a un lecho de muerte,
ni siquiera cuando murió mi madre.
Yo estaba de pie, lejos, al final de la calle.
(De La miel, 1981)
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