Marbach am Neckar Alemania, 1759-Weimar, 1805
REMINISCENCIA
INMORTAL
Dime
amiga, la causa de este ardiente,
puro,
inmortal anhelo que hay en mí:
suspenderme
a tu labio eternamente,
y
abismarme en tu ser, y el grato ambiente
de tu
alma inmaculada recibir.
En
tiempo que pasó, tiempo distinto,
¿no
era de un solo ser nuestro existir?
¿acaso
el foco de un planeta extinto
dio
nido a nuestro amor en su recinto
en
días que vimos para siempre huir?
...Tú
también como yo? Sí, tú has sentido
en el
pecho el dulcísimo latido
con
que anuncia su fuego la pasión:
amémonos
los dos, y pronto el vuelo
alzaremos
felices a ese cielo
en que
otra vez seremos como Dios.
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