ENRIQUE HENRÍQUEZ

Santo Domingo - República Dominicana, 1859-1940


LEJANIA

Tu dulce nombre evoco
Suspiradoramente, noche y día;
Y a veces, evocándolo, he impregnado
De nupcial alegría
Este anchuroso corazón, que es tuyo;
Y esta congoja sin igual, que es mía:
La congoja sin término
De nuestra inexorable lejanía.
Tu dulce nombre evoco
Tal como si tu dulce nombre fuera
El de un gemelo mástil
Que sepulto estuviera
Bajo un inmensurable alud, en una
Ignorada ribera;
Y como si mi vida
El otro desolado mástil fuera!
Tu dulce nombre evoco
Hechizado de azul melancolía.
Mas, no es para que llegue
A ti mi evocación, Señora mía;
Ni para que la aguda pena calmes
De nuestra inexorable lejanía,
Pues yo, sin el licor de mi dolor,
De asfixia espiritual sucumbiría.
Y por eso tu dulce nombre evoco,
Suspiradoramente, noche y día.

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