Bielorrusia, 1946
Como los lobos que se reúnen en manadas
y dan aullidos sordos, se atragantan con la melancolía,
así, comienzo a enloquecer,
como si reconociera
en su aullido una voz familiar,
la mía
Qué sensación terrible,
me convierto en un animal
Aguardo el amanecer como si fuera la salvación
Que esta noche desaparezca en la inexistencia,,,
Por la mañana no recordaré las huellas de maldad,
aunque bajo la lengua se hiele
el aullido lento de la bestia
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