Montevideo-Edo. Oriental del Uruguay, 1845-San Miguel de Tucumán-Argentina, 1926
LA TOCADORA DE ARPA
I
En tí escuché el murmurio
Del sauce con las auras,
La queja de las olas
Besando las arenas de la playa;
Esa armonía incierta
Del mar dormido, encalma,
En la hora que la sombra
Con el silencio sobre el mundo avanza;
Ecos tiernos, lejanos,
Que en el espacio vagan,
Y vienen al espíritu
Con el lamento de una voz hermana;
El rumor del desierto;
La silbadora ráfaga
De los vientos que cruzan
Su llanura salvaje y desolada;
Los cantos que saludan
Al asomar el alba;
Rugidos de torrente;
El toque de oración en la montaña;
El acento, el suspiro
Del corazón que se ama,
Vibrando en el recuerdo
Los himnos de la vida en su mañana;
Del labio amante, trémulo,
La promesa jurada;
En la noche serena
El acorde gentil que al amor llama;
Allá, como un ensueño,
Onda doliente y rápida
En el torreón sombrío,
Endechas de cautiva solitaria;
La voz de la inocencia
Que á la ternura encanta;
El ruego de la madre
Por el hijo que corre á la batalla;
Del infeliz proscripto
La despedida amarga,
Dejando cuanto adora
Para morir ausente de la patria.
Tristezas y dulzuras,
Sollozos y plegarias,
En confusión sublime
Cruzaron como nubes por mi alma.
Y en mi delirio plácido,
Me pareciste un hada,
El genio de las musas
Arrullando al poeta en la desgracia.
Y un rayo de consuelo
Sentí que me inundaba, .
Como entre ruinas tristes
La suave lumbre de la luna pálida.
Y el mundo do recuerdos,
De muertas esperanzas,
Historia de la vida
Que el corazón en su sagrado guarda;
Todo se estremecía
Al sonido de tu arpa,
Y te aclamé llorando,
¡ Yo que creía no tener más lágrimas !
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